El uso habitual de tapones es uno de los métodos más eficaces para proteger los oídos de la multitud de ruidos ambientales de los que estamos rodeados continuamente. La ligereza y sencillez son dos características principales de los tapones que ayudan a prevenir, en un alto porcentaje, los problemas auditivos como los acúfenos. El simple hecho de utilizar tapones mientras escuchamos música reduce las posibilidades de dañar nuestro sistema auditivo.
Actualmente, existen en el mercado diferentes tipos de tapones para resguardar nuestros oídos, que vamos a describir a continuación.
- Los tapones de espuma son los más conocidos, aunque hay que indicar que algunas frecuencias como las medias o las altas quedan excluidas. La máxima protección de estos tapones se obtiene, previa limpieza de las manos, moldeándolos y colocándolos en la cavidad auditiva. Para ello, es necesario que se introduzcan totalmente en el interior del oído sin que sobresalgan. La mejor manera es presionando y comprimiendo el tapón hasta conseguir un cilindro que quede bien encajado en el interior del oído.
- Los tapones de silicona o de goma actúan de manera parecida a los de espuma, con tres principales diferencias: su duración es mayor, son lavables y evitan los ruidos extremadamente altos. Se utilizan empujándolos suavemente y moviéndolos hasta conseguir ubicarlos correctamente en el interior del oído. Básicamente, procuran la reducción de sonidos de manera uniforme. Y actúan reduciendo la intensidad de las frecuencias del sonido en hasta 20 dB, cuando se escucha música o se habla.
- Con los tapones de cera se consigue que la calidad del sonido sea integral y que los niveles del ruido se reduzcan considerablemente. Estos tapones para acúfenos brindan una perfecta protección frente a la contaminación acústica, así como preservan de las molestias del viento, la humedad y la introducción de agua durante la ducha o en la práctica de deportes relacionados con el agua, a excepción del submarinismo. Pueden estar recubiertos de algodón, que se retira a la hora de introducirlos en el oído, oprimiéndolos hasta que bloquean el conducto auditivo. Siempre debe colocarse la totalidad del tapón, sin fragmentarlo en partes. Están hechos con materiales como algodón 100 %, cera microcristalina y parafina, entre otros. Son desechables y se encuentran protegidos por una cápsula de plástico para conservarlos libres de bacterias y secos. Es recomendable alejarlos del calor y de la luz directa. Pueden deteriorarse con ciertos elementos químicos.
- Y, por último, podemos señalar los tapones de silicona con filtros especiales, ideados para ambientes especialmente ruidosos, como lugares de ocio, discotecas y conciertos. Facilitan una perfecta seguridad auditiva sin perder la nitidez de los sonidos. Estos tapones auditivos ofrecen un gran confort a los oídos, ya que no oprimen. Asimismo, son reutilizables en multitud de ocasiones. Dependiendo de la marca, se presentan en una caja protectora que incluye una pareja de tapones junto a tres filtros que corresponden a la atenuación de frecuencias baja, media y alta.
Es preciso recalcar algunos consejos a tener en cuenta en el uso de los tapones:
- El uso de tapones debe ser regular, para conseguir aminorar el sonido uniformemente.
- Al principio, se pueden producir algunas alteraciones físicas, como ligeras presiones en la cabeza y modificaciones en la percepción de la voz. Con el tiempo, nos acostumbraremos a ellos.
- Los tapones se utilizan, exclusivamente, en entornos realmente ruidosos. Su abuso puede ocasionar sensibilidad a los sonidos o hiperacusia, debido a la irritación que se produce en alguna zona de la cavidad auditiva, provocando intolerancia a los sonidos habituales.
Para prevenir y solucionar cualquier dificultad auditiva, acude a un especialista para que te realice un diagnóstico y te asesore sobre el tratamiento más adecuado.
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