El 70% de los niños suele tener problemas en los oídos antes de los cinco años, un dato que debería hacer reflexionar a padres sobre la conveniencia de llevar a los más pequeños al otorrino para cerciorarse de que no existe ningún problema y, para que en caso de que lo haya, se pueda actuar lo antes posible. El inicio del curso sería un buen momento para hacerlo por razones de salud y para evitar que los problemas auditivos que pueda haber acaben interfiriendo en los resultados académicos del alumno. La revisión es importante porque hay casos en los que, al no existir dolor, la detección resulta muy complicada como ocurre con los acúfenos.
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Hipoacusia
El más preocupante de todos los problemas quizá sea la hipoacusia, que se produce cuando hay pérdida auditiva o sordera, con la que nace uno de cada mil niños. Otras veces es la consecuencia que queda después de pasar la meningitis.
Los padres pueden sospechar que existe un problema de este tipo cuando los niños de entre 1 y 2 años no dicen palabras tan simples como “mamá” y “papá”, o cuando no responden al oír su nombre. En los niños de 2 o más años, la existencia del problema se hace manifiesta cuando el pequeño no es capaz de unir dos palabras como “mamá casa” o “papá jugar”.
La molesta otitis
Otro de los problemas más comunes tienen que ver con las infecciones, la típica otitis, que se suele presentar sobre todo en invierno y primavera, en tres modalidades:
- Otitis media aguda
Aparece por la existencia de líquido detrás del tímpano, circunstancia que suele provocar dolor y fiebre al inflamarse partes del oído medio.
- Otitis media con efusión
Suele aparecer si después de la otitis aguda queda líquido atrapado detrás del tímpano. A veces no presenta síntomas de ningún tipo.
- Otitis media crónica con efusión
Se refiere a la persistencia de líquido en el oído medio durante un largo tiempo o cuando aparece aunque no haya infección de ningún tipo. Hay que tener cuidado porque se podría resentir la capacidad auditiva del individuo.
Tapón
También es habitual el tapón de cerumen, que se produce cuando se acumula la cera bloqueando el conducto auditivo externo. Suele ocasionar una disminución de la capacidad auditiva. Quienes lo sufren toman conciencia del problema porque comienzan a tener la sensación que el oído se encuentra taponado y por la aparición de dolor.
Tinnitus o acúfenos
Por último, cabe resalta como trastorno auditivo frecuente en niños el tinnitus o acúfeno, que se basa en la sensación de ruido que muchos niños perciben desde pequeñitos, con la que aprenden a convivir, sin hablar de ella, porque creen que es algo que les ocurre a todos sus amigos.
Se trata de una dolencia que conviene identificar cuanto antes para poder tratarla de forma profesional. Para poder detectarla, resulta fundamental la pericia de los padres porque los niños no se suelen quejar de este tipo de problemas. No obstante, hay síntomas que nos pueden avisar de su existencia, como repentinos cambios de humor, episodios de ansiedad, insomnio o dificultades para concentrarse en una tarea.
Cuidemos de la salud auditiva de los más pequeños. Para cualquier consulta, no dudes en acudir a tu centro Ototech más cercano.
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