síntomas de los vértigos y tratamiento

¿Qué son los vértigos y por qué aparecen?

Muchas personas han podido sentir vértigo alguna vez, sin embargo, sufrir esta sensación de movimiento del entorno no es algo normal. Se trata de una condición médica que hay que controlar, pues podría estar indicando la existencia de un problema de salud serio. Las lesiones en el oído son una de las causas más habituales de su aparición. A continuación, explicamos qué son los vértigos y cuáles son las causas más comunes.

Qué son los vértigos

Los vértigos son aquella sensación de que todo se está moviendo a nuestro alrededor y que, de un momento a otro, perderemos el equilibrio. ¿Te suena? No es una realidad, es solo una sensación, pero muy desagradable para quien la está experimentando. Se trata de una crisis de vértigo y, en ocasiones, pueden venir acompañadas de mareos, náuseas o ansiedad. Y es que, a pesar de que en la mayoría de los casos la persona no llega a perder el conocimiento, siempre puede tener la sensación de sufrir un desmayo inminente.

Estas crisis de vértigo pueden ser pasajeras y leves o, por el contrario, prolongarse durante varios días. Además, el vértigo puede aparecer a cualquier edad, incluso en niños. En el caso de personas mayores, el problema puede evolucionar y hacerse crónico, causando un trastorno de desequilibrio severo.

Causas de los vértigos

Aunque la mayoría de las veces el oído juega un papel importante en la aparición del vértigo, hay otras razones que pueden motivar su aparición, como, por ejemplo, infecciones, ya sean víricas o bacterianas; la enfermedad de Ménière; alteraciones en la presión arterial o problemas neurológicos, como pueden ser lesiones craneales, esclerosis múltiple, ictus o la presencia de tumores.

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    Existen también otras razones más leves que pueden dar lugar a una crisis espontánea y pasajera de vértigo, como es el caso del vértigo posicional. Ocurre cuando realizamos un movimiento brusco, habitualmente al levantarnos. En este caso, se trata de una alteración benigna y no hay por qué preocuparse.

    Por otro lado, el proceso natural de envejecimiento también hace que los tejidos del oído interno se degeneren y esto dé lugar a problemas auditivos y de coordinación del equilibrio.

    El consumo de sustancias psicotrópicas y la ansiedad también pueden provocar o agravar una crisis de vértigo.

    ¿Cómo saber si los vértigos son del oído o no?

    La respuesta a cómo saber si los vértigos son del oído o no es conociendo bien su origen. Aunque también es necesario diferenciar esta sensación de otra parecida, el mareo.

    En general, un vértigo o un mareo es la sensación de que todo gira a tu alrededor o se está moviendo. Al mismo tiempo se pierde el equilibrio y es complicado mantenerse en pie. El vértigo comienza de manera súbita y el mareo se mantiene más en el tiempo.

    Centrándonos en los vértigos, pueden tener dos causas y reciben nombres diferentes:

    • Vértigos periféricos. Son los que tienen su origen en una enfermedad en el oído, ya sea en el laberinto o en el nervio vestibular, que conecta el oído interno con el tronco encefálico. Son zonas que controlan el equilibrio.
    • Vértigos de origen central. Son los que se producen por una enfermedad en el cerebro o en el cerebelo.

    ¿Cuáles son los síntomas de los vértigos?

    Cuando el vértigo es periférico, es decir, tiene su origen en el oído, suele tener estos síntomas:

    • Comienza de forma brusca y con una gran intensidad.
    • Se siente que todo gira alrededor.
    • Acúfenos.
    • Pérdida de audición.
    • Problemas de visión.
    • Sensación de mareo.
    • Náuseas o vómitos.

    Cuando el vértigo es de origen central, es decir, su causa viene del cerebro o del cerebelo, presenta estos síntomas, además de los anteriores:

    • Problemas para tragar.
    • Parálisis facial.
    • Dificultades para mover los ojos, movimientos de ojos involuntarios o visión doble.
    • Debilidad en brazos y piernas.
    • Articular mal.
    • Problemas para caminar.
    • Pérdida de la coordinación y el equilibrio.

    ¿Cuáles son las causas del vértigo periférico?

    Cuando el vértigo tiene su origen en el oído, puede tener estas causas:

    • Vértigo postural benigno.
    • Un traumatismo en el cráneo.
    • Irritación del laberinto del oído interno.
    • Inflamación del nervio vestibular.
    • Presión en el nervio vestibular por un tumor benigno.
    • La toma de algunos antibióticos.
    • El Síndrome de Ménière.

    Por otro lado, estas son las causas del vértigo de origen central:

    • Un accidente cerebrovascular.
    • Un tumor benigno.
    • Una enfermedad vascular.
    • La toma de ciertos medicamentos.
    • La esclerosis múltiple.
    • La migraña vestibular.

     

    ¿Qué relación tienen los otolitos y el vértigo?

    Vamos a explicar un poco mejor su función. Dentro del oído interno se encuentra el sistema vestibular, que tiene este cometido:

    • Mantener el equilibrio y la postura.
    • Que los movimientos de la cabeza y el cuerpo estén coordinados.
    • Fijar la mirada en un punto concreto.

    Los otolitos son pequeñas piedras de carbonato cálcico con proteínas, que se forman dentro del laberinto, situado en el oído interno. Están en el interior de las conocidas como cápsulas óticas y se encuentran en contacto con la células ciliadas, permitiendo la audición.

    Los otolitos son responsables de uno de los tipos de vértigos que más se sufre: el Vértigo Paroxístico Posicional Benigno. Su principal síntoma es notar que todo está dando vueltas a tu alrededor. Además, depende mucho de la postura en la que se encuentre la cabeza. De hecho, es frecuente que se dé cuando se está acostado y se gira la cabeza con brusquedad.

    Por fortuna y como su nombre indica, es un tipo de vértigo benigno. Esto quiere decir que responde bien al tratamiento. Es más, no es necesario tomar ningún tipo de fármaco, sino efectuar ciertas maniobras con la cabeza. El motivo es porque esta dolencia se ha ocasionado porque los otolitos se han desplazado dentro del oído interno y han provocado la sensación que estamos comentando.

    ¿Cómo se tratan los vértigos relacionados con los otolitos?

    Insistimos en que el Vértigo Paroxístico Posicional Benigno tiene un buen pronóstico y que se puede curar sin medicamentos. Debes acudir a tu otorrino, que realizará la conocida como maniobra de Epley y te indicará como hacerla en casa. Su objetivo es que los otolitos vuelvan a ocupar su lugar. Incluye estos cinco pasos:

    • Paso 1. Lo primero que tienes que hacer es sentarte, después tu médico te girará la cabeza de manera horizontal 45 grados hacia el oído del cual proceden los vértigos. Al mismo tiempo, tienes que sujetarte a los brazos del otorrino para no perder el equilibrio.
    • Paso 2. El médico te tumba y deja que tu cabeza quede fuera de la camilla y en la misma posición que estaba, es decir, girada 45 grados. Este movimiento con total seguridad causará un vértigo súbito y de gran intensidad. La razón es que los otolitos se están desplazando en el interior del oído. Hay que mantener la posición mientras dura el vértigo, unos sesenta segundos.
    • Paso 3. El otorrino gira tu cabeza hacia el otro oído, es decir, 90 grados.
    • Paso 4. El médico hace que gire tu cuerpo hacia el lado del oído que no está afectado, pero sin mover la cabeza. El resultado es que terminas bocabajo. Los otolitos deberían colocarse de nuevo en su lugar. Es probable que sientas otro episodio de vértigo, que tendrá la misma duración que el anterior.
    • Paso 5. Con ayuda del médico, te vuelves a sentar en la camilla.

    Causas de por qué no se me quita el vértigo

    Para comprender por qué el vértigo puede persistir, es fundamental considerar las diversas causas subyacentes. A continuación, se presentan algunas de las razones más comunes:

    • Vértigo posicional paroxístico benigno (VPPB): Esta es una de las causas más comunes de vértigo. En el VPPB, pequeños cristales de calcio en el oído interno llamados otolitos se desplazan a lugares donde no deberían estar. Esto puede causar episodios de vértigo cuando se cambia de posición. Aunque en muchos casos el VPPB se resuelve por sí solo, en otros puede persistir y requerir tratamiento específico.
    • Laberintitis: La laberintitis es una inflamación del oído interno que puede desencadenar vértigo, además de otros síntomas como pérdida de audición y tinnitus. Si la inflamación no se resuelve adecuadamente, el vértigo puede persistir.
    • Migraña vestibular: Las migrañas pueden afectar no solo la cabeza, sino también el sistema vestibular, que controla el equilibrio. Esto puede llevar a episodios recurrentes de vértigo, y las migrañas vestibulares pueden ser difíciles de tratar.
    • Enfermedad de Menière: Esta es una afección crónica del oído interno que causa vértigo recurrente, así como pérdida de audición y tinnitus. Si bien no tiene cura, existen tratamientos para controlar los síntomas.
    • Otras causas médicas: El vértigo persistente también puede estar relacionado con problemas médicos subyacentes, como hipertensión, diabetes o trastornos neurológicos. Identificar y tratar la causa subyacente es crucial para abordar el vértigo en estos casos.

    Soluciones para el vértigo persistente

    Una vez que se comprenden las posibles causas del vértigo persistente, es importante explorar las soluciones disponibles. Aquí hay algunas estrategias que pueden ayudar:

    • Ejercicios de rehabilitación vestibular: Para el VPPB y otras formas de vértigo, un fisioterapeuta especializado en rehabilitación vestibular puede recomendar ejercicios específicos que ayuden a reubicar los otolitos en el oído interno y mejorar el equilibrio.
    • Medicamentos: En algunos casos, los medicamentos como los antihistamínicos, los anticonvulsivos o los betabloqueantes pueden ayudar a controlar el vértigo, especialmente si está relacionado con migrañas o enfermedad de Menière.
    • Cirugía: En casos extremadamente raros o cuando otras opciones de tratamiento han fracasado, puede considerarse la cirugía para tratar el vértigo. Esto es más común en situaciones en las que hay un problema estructural en el oído interno.
    • Manejo del estrés y cambios en el estilo de vida: Reducir el estrés, evitar el alcohol, la cafeína y la comida salada, y asegurarse de mantener una dieta equilibrada y un sueño adecuado pueden ayudar a controlar el vértigo en algunos casos.
    • Terapia: La terapia cognitivo-conductual puede ser beneficiosa para las personas que experimentan ansiedad o depresión relacionada con el vértigo persistente.

    ¿Qué puedes hacer si sufres un episodio de vértigo?

    Con independencia de su origen, es importante que sigas estos pasos durante un episodio de vértigo:

    • Lo primero es buscar un lugar para sentarte o tumbarte, aunque sea en el suelo.
    • No cambies de postura de forma brusca.
    • Permanece acostado hasta que remitan los síntomas.
    • Evita las luces brillantes y leer.
    • Si es posible, llama a alguien para que te acompañe.

    Si los síntomas empeoran, lo mejor es que acudas a los servicios de urgencia. Salvo que ya cuentes con un diagnóstico previo, será necesario realizar una serie de pruebas para intentar descubrir el origen de los vértigos.

    Existen diferentes pruebas que pueden ayudar a conseguir un diagnóstico, como los análisis de sangre, un TAC de la cabeza, análisis de problemas auditivos, pruebas de marcha o realizar algunos movimientos con la cabeza para valorar la reacción del paciente. Son solo algunas, ya que dependiendo de los síntomas que presentes, tu médico puede pautar otras.

    ¿Qué es el vértigo psicógeno y qué síntomas genera?

    El vértigo psicógeno es un tipo de vértigo que como su nombre indica tiene relación con cuestiones psicológicas. Se trata de una patología psicosomática producida ante estados de miedo o nerviosismo en que la persona afectada sufre los siguientes efectos:

    • Sensación repentina de mareo.
    • Aturdimiento.
    • Inestabilidad.
    • Sensación de que todo gira.
    • Sentimiento de desmayo inminente.

    Además, pueden manifestarse otros signos como pérdida de audición, tinnitus, dolores de cabeza o náuseas y/o vómitos.

    Causas del vértigo psicógeno

    El vértigo psicógeno es más frecuente en mujeres de edad media, entre 30 y 40 años. En hombros es más común entre los 40 y los 50 años.

    Este tipo de vértigo es frecuente en personas que padecen depresión, agorafobia u otras fobias.

    Esto se produce debido a tres cuestiones, la hiperventilación, el presíncope vasovagal y el aumento de cortisol.

    La hiperventilación ocurre cuando debido a que ante una situación de tensión se activa la respuesta de lucha-huida del organismo, y para hacer frente a la posible amenaza se precisan más recursos, como el oxígeno. Al hiperventilar, respiramos de manera acelerada y tenemos más oxígeno en sangre, tenemos más sensación de asfixia y podemos sufrir mareos y vértigos.

    El presíncope vasovagal es una situación en que se da una atenuación de la consciencia sin llegar a perderla. Al darse una hiperestimulación del nervio vago, se reduce la frecuencia cardíaca y llega menos sangre al cerebro, lo que produce inestabilidad.

    Finalmente, los sentimientos negativos pueden generar un aumento de hormona cortisol que altere el funcionamiento del cerebro y con ello, de la función vestibular y auditiva.

    Además, puede haber otras causas para el vértigo, como trastornos del vestíbulo, infecciones del oído, traumas craneales o fármacos, que harían que estuviésemos ante otro tipo de vértigo.

    Diagnóstico y tratamiento del vértigo psicógeno

    El diagnóstico del vértigo psicógeno se lleva a cabo teniendo en cuenta la sintomatología y el historial clínico, así como con una exploración física.

    En cuanto al tratamiento del vértigo psicógeno, este dependerá de si efectivamente su causa es psicológica o existe otro problema subyacente que hace que no se trate de este tipo de vértigo.

    En el caso de este tipo de vértigos, el tratamiento es individualizado y puede basarse en fármacos y psicoterapia o terapia cognitiva conductual para evitar el desencadenante.

    ¿Cómo se tratan los vértigos?

    El tratamiento de los vértigos depende siempre de su origen. Por ejemplo, el vértigo postural benigno se corrige con una maniobra para restablecer el equilibrio en el oído. Existen medicamentos para las náuseas y la fisioterapia ayuda a mejorar el equilibrio.

    Remedios naturales para el vértigo

    Ginkgo biloba. Aunque, como explicábamos en este post, la eficacia del Ginkgo biloba en el tratamiento de los acúfenos no está probada, se cree que el consumo de sus hojas sí puede mejorar el flujo sanguíneo a la cabeza, lo cual ayudaría a paliar los síntomas del vértigo.

    Jengibre. Cuando los mareos y las náuseas son provocados por un tipo de vértigo conocido como vértigo postural, el jengibre puede ser de ayuda. Puedes tomarlo masticando un trocito de la propia raíz en los momentos en los que sientas el vértigo o en infusión. Eso sí, debes saber que su consumo está completamente desaconsejado en el caso de que se sufran cálculos biliares.

    Arándanos. Ricos en antocianidinas, los arándanos tienen capacidad para proteger y tonificar las paredes del sistema circulatorio y mejorar la circulación, lo cual se traduce en una mejora de los síntomas del vértigo. Su consumo está desaconsejado, no obstante, en casos de embarazo, lactancia y tratamiento con medicamentos anticoagulantes.

    Passiflora. Conocida también como flor de la pasión, la passiflora ayuda a prevenir los síntomas causados por el vértigo de origen nervioso. Para preparar este remedio, solo es necesario poner un par de cucharadas de la planta seca en medio litro de agua y tomar un par de tazas al día de la infusión resultante.

    Manzanilla. También conocida como camomila, la manzanilla es un tipo de planta que puede ser útil en el tratamiento del vértigo, debido a su efecto antiinflamatorio y relajante muscular que beneficia la circulación cerebral. Otros remedios que pueden utilizarse en el tratamiento del vértigo de origen digestivo son el romero o la matricaria.

    Vid roja. La vid roja mejora la circulación de la sangre en el cerebro, disminuyendo ciertos síntomas como los mareos o las jaquecas. Para echar mano de este remedio solo tienes que preparar una infusión con una cucharada de hojas secas de vid roja por taza.

    Manzana. La manzana posee múltiples propiedades beneficiosas para el organismo. Además, es una aliada perfecta para personas que padecen el síndrome de Méniere. Para conseguir sus máximos efectos, deben diluirse dos cucharadas de vinagre de manzana en una taza de agua e ir tomándola durante el día. Este remedio natural ayuda a un buen funcionamiento del metabolismo y mejora los síntomas.

    Semillas de sésamo. Las semillas de sésamo alivia las náuseas que produce este síndrome. Así mismo, es beneficioso para la salud en general y estimula la buena circulación. Es habitual consumirlo crudo como complemento de ensaladas o yogures, así como en forma de barritas de cereales o solo.

    Muérdago. El muérdago es una planta medicinal, más conocida por el uso que se le da en el mundo anglosajón durante la época navideña. Pero además, esta hierba tiene propiedades hipotensoras que ayudan a disminuir la presión en el oído y a calmar tinnitus y mareos. Es importante no consumir más de 5 gr al día.

    Valeriana. La valeriana es una hierba medicinal muy utilizada para calmar los nervios y relajarse. Puesto que uno de los factores desencadenantes del síndrome de Ménière es el estrés, esta planta puede ser de mucha utilidad. Pero no solo eso, sino que al rebajar el nerviosismo también es buen para reducir los acúfenos.

    Insistimos en que lo importante es conocer su origen y tratarlo, ya que son episodios muy desagradables. Ahora que tienes claro cómo saber si los vértigos son del oído, cuenta con el equipo de Ototech para ayudarte a mejorar el problema, contáctanos.

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    Dr. Martinez-Monche
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