El trastorno del procesamiento auditivo central, o TPA, es un desorden que consiste en la incapacidad de procesar correctamente ciertos sonidos. Puede afectar tanto a niños como a adultos, pero suele diagnosticarse durante la infancia, tras relacionarse con problemas de aprendizaje.
Nuestros expertos en acúfenos en Barcelona te lo explican en este artículo.
En qué consiste el trastorno del procesamiento auditivo central
El TPA es una condición por la cual las personas que la padecen tienen una severa dificultad para diferenciar unos sonidos de otros, procesar lo que otra persona les está diciendo o reconocer palabras cuando hay ruido de fondo.
No se trata de un problema en la capacidad de audición, sino de cómo el cerebro interpreta las señales que le llegan a través del oído.
Un niño con TPA puede llegar a entender algo muy diferente de lo que se le está diciendo. Su cerebro procesa los sonidos de una manera distinta y es capaz de permutar fonemas o alterar oraciones, cambiando totalmente el sentido de las palabras o las frases.
Cómo se diagnostica el trastorno del procesamiento auditivo central
Los niños que padecen este trastorno suelen tener una audición completamente normal. Este es uno de los motivos por lo que no es fácil de diagnosticar, ya que los resultados de las primeras audiometrías que se les realizan salen aparentemente normales.
No es hasta que el niño empieza a adquirir la capacidad del lenguaje y comienza el colegio cuando se suele notar que existe un problema.
Algunos de los signos que nos indican de manera temprana la posible presencia del trastorno del procesamiento auditivo central son los siguientes:
· El niño parece oír bien, pero no entiende lo que se le dice. Podemos pensar que está despistado ya que suele responder con preguntas como “¿qué?” o “¿cómo?”.
· Detesta los sonidos fuertes y huye cuando se conecta el centrifugado de una lavadora o la aspiradora.
· Parece ausente cuando se le habla en lugares en los que hay ruido de fondo, como en una calle con tráfico o en un lugar concurrido.
· No le gusta que le lean cuentos y tiende a entretenerse con juegos que no requieren el uso del lenguaje o los sonidos.
· El niño tiene un retraso aparente en el lenguaje y confunde fonemas parecidos.
· Un niño con TPA suele ser inquieto, se aburre con facilidad y le cuesta permanecer tranquilo en la escuela.
A medida que el niño va creciendo, si no se diagnostica esta condición y no se trata, derivará en problemas en la lectura, de comportamiento y en la relación con los demás.
En ocasiones, el TPA puede confundirse con otros trastornos como el TDAH, la dislexia o el autismo. Es necesaria la presencia de un profesional de la audición para que pueda hacer un diagnóstico correcto y recomendar soluciones.
Cómo se trata el trastorno del procesamiento auditivo central
Esta condición debe ser abordada de manera integral y la solución debe combinar un esfuerzo de especialistas en audición, padres y educadores.
Lo más importante es detectar el trastorno lo antes posible. Aquí, intervienen los expertos médicos. Una vez tenemos el diagnóstico, podemos empezar con las acciones educativas y de mejora del entorno.
Los maestros deben prestar una atención preferencial a los alumnos con este problema, así como proporcionarles un entorno de silencio adecuado. Es recomendable que se dirijan los niños con TPA con frases cortas y dando una orden cada vez. Cada explicación puede acompañarse de un recurso visual o de gestos para mejorar el entendimiento.
En el hogar, el comportamiento debe ser similar. Hay que brindarle al niño un ambiente de calma y hablar en tono alto, calmado y simple.
Si tienes dudas sobre si tu hijo puede sufrir este trastorno, ponte en contacto con nosotros lo antes posible. Nuestro equipo de expertos puede ayudarte a encontrar soluciones.
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