Está tan integrado en nuestras vidas que ni siquiera nos damos cuenta de su existencia, a pesar de que puede resultar muy perjudicial para nuestra salud, sobre todo para la de nuestros oídos. Hablamos del ruido, un agente contaminante de la sociedad actual al que a menudo no contemplamos como la amenaza que es.
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¿Qué daños nos ocasiona el ruido?
Las células ciliadas, ubicadas en nuestro oído y encargadas de convertir el sonido en impulsos nerviosos para nuestro cerebro, se pueden dañar cuando se someten a altos niveles de ruido. Lo que sucede concretamente es que estos recaen sobre ellas, provocando deterioro y haciendo que pierdan sus facultades y su capacidad de rehabilitarse.
¿Cómo se mide el nivel de ruido?
El ruido se mide con un aparato llamado decibelímetro (medidor de decibelios). Este es un instrumento capaz de determinar la presión sonora en un determinado ambiente a través de una unidad de medida llamada decibelio (dB). Cada vez que la presión de sonido en el ambiente se duplica, el número de decibelios aumenta en seis puntos, incrementándose el riesgo de que nuestra audición se vea afectada.
¿Cuáles son los niveles de ruido seguros?
Según la Organización Mundial de la Salud, para que un ambiente no sea nocivo para la salud de nuestros oídos, el ruido debe rondar los 55 dB al aire libre. Sin embargo, la realidad es que, en las grandes ciudades, el ruido del tráfico puede superar los 80 dB y que muchas personas escuchan la televisión hasta a 70 dB. Por otra parte, quienes trabajan en fábricas e industrias a menudo deben soportar ruidos por encima de los 100 dB y en los conciertos de música acostumbra a superarse el umbral del dolor del ruido, situado en 120 dB. Por encima de este parámetro, aparece el riesgo de sufrir sordera. Otros ejemplos de este tipo de ruidos son el despegue de un avión a menos de 25 metros o el de un petardo que estalla cerca.
¿Qué efectos tiene la exposición a niveles de ruido altos?
Como avanzábamos en líneas anteriores, por encima de los 70 dB, el ruido puede presentar un riesgo para la salud aumentando las probabilidades de sufrir disminución temporal o permanente de la capacidad auditiva, pero también estrés, insomnio, dolor de cabeza, problemas estomacales y alteraciones del ritmo cardíaco.
¿Cómo podemos controlar los niveles de ruido de nuestro día a día?
Para prevenir problemas auditivos, es importante tomar en consideración algunas medidas:
- Siempre que te sea posible, aléjate de las fuentes emisoras de grandes ruidos.
- Limita el tiempo de exposición a actividades ruidosas y trata de no permanecer en sitios con altos niveles de ruido durante mucho rato.
- Limita el uso diario de los auriculares y, cuando los utilices, nunca sobrepases el 60 % del volumen máximo.
- Utiliza protección cuando te veas obligado a estar expuesto a altos niveles de ruido o ruidos molestos.
- Esfuérzate por crear un entorno sonoro saludable en tu casa o en tu lugar de trabajo.
- Acude a una revisión auditiva una vez al año para comprobar que todo está bien.
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