Los acúfenos o zumbidos en los oídos, sobre todo cuando no se tratan, llevan asociadas una serie de consecuencias nada deseables: problemas de concentración, irritabilidad, trastornos del sueño, problemas de ansiedad y depresión, sensación de privación de libertad y, además dificultades para comunicarse y relacionarse con los demás. Esto se agrava aún más cuando la persona con tinnitus experimenta además pérdida de audición o hipoacusia o, por el contrario, hiperacusia (un aumento de la sensibilidad auditiva que hace que los sonidos se perciban de forma molesta e incluso dolorosa).
Para evitar que las relaciones personales se acaben deteriorando, resulta fundamental iniciar un tratamiento para los acúfenos y poner en práctica algunos consejos para mejorar las relaciones personales. Toma nota.
Consejos para mejorar la comunicación cuando se sufren acúfenos
- Explica a tus más allegados lo que te sucede. No te cortes a la hora de hacerlo. Explícales que sufres un problema de acúfenos y que eso te acarrea algunos problemas de comunicación. De esta forma, tus interlocutores sabrán que deben tomar algunas consideraciones a la hora de dirigirse a ti. Puedes pedirles, por ejemplo, que capten tu atención antes de hablar contigo o que te adviertan si van a cambiar de tema.
- No finjas que has entendido si no ha sido así. Esto solo agravará los problemas de comunicación y creará malentendidos y situaciones bochornosas. En su lugar, cada vez que experimentes dificultades para entender, pídele a tu interlocutor que exprese la misma idea de distinta forma o simplifique lo que ha dicho. Si es necesario, confirma que lo que has oído es lo que realmente la otra persona acaba de decir.
- Pide algunas cosas a tu hablante. Muchas personas tienden a hablar a gritos cuando conversan con alguien que tiene problemas de audición. Esto es lo primero que debes pedir que no hagan contigo. Al contrario: diles que te hablen despacio y con un tono no muy alto. Ayudará también que tu interlocutor te mire directamente y que no se cubra ni vuelva la cara. Poder observar el movimiento de los labios y las expresiones faciales favorece la comprensión del discurso.
- Evita los ambientes ruidosos. A la hora de reunirte con tus amigos escoge espacios tranquilos y poco concurridos. Elige una hora en la que sepas que no va a estar abarrotado el sitio en cuestión y, una vez allí, mantente alejado de las fuentes de ruido como las radios, las televisiones o las cafeteras. Existen algunas páginas web o aplicaciones donde puedes consultar cómo será el ambiente en una determinada cafetería o restaurante.
- Sé comprensivo contigo mismo. Es normal que tras un largo rato conversando, te sientas cansado o te cueste seguir concentrándote. Por eso, es importante que te fijes metas razonables y no te exijas más de lo que deberías. Pide a tu interlocutor o interlocutores un descanso para evitar fatigarte en exceso.
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