Que el alcohol tiene consecuencias muy negativas en nuestra salud no es algo nuevo. El consumo prolongado de alcohol provoca inflamación y daño en el páncreas, lesiones en el hígado y es un factor de riesgo para sufrir determinados tipos de cánceres, como es el caso del cáncer de esófago, hígado, colon, cabeza y cuello. Además, beber en exceso también lleva asociados problemas de tensión arterial y dolencias cardiacas.
Por si todo esto fuera poco, también sabemos que la ingesta de alcohol causa daños en nuestro cerebro, y diversas investigaciones han concluido que, con el deterioro cerebral provocado por el alcohol, los nervios auditivos también se ven afectados. De esta forma, incluso los bebedores moderados corren el riesgo de padecer una pérdida auditiva como consecuencia del consumo de esta sustancia.
Cómo afecta el alcohol a nuestros oídos
El consumo de alcohol excesivo produce daños en la corteza auditiva central del cerebro, llegando a provocar una reducción del volumen cerebral. Además, al deteriorarse el cerebro, los nervios auditivos también resultan dañados. Esta es la conclusión a la que llegaron investigadores de la Universidad de Ulm en Alemania tras examinar los niveles de los potenciales evocados auditivos del tronco cerebral (PEACT) tanto en personas que bebían en exceso como en bebedores esporádicos.
De acuerdo con sus conclusiones, aunque la cantidad de alcohol y el tiempo de consumo para que se provoquen daños no está claro, la ingesta de alcohol provocaría que, aunque los oídos de una persona bebedora funcionasen perfectamente, su cerebro pudiese dejar de ser capaz de procesar los sonidos.
Además, los investigadores señalaron que las personas que consumen alcohol de forma excesiva podrían estar dañando sus oídos también internamente, debido al fenómeno de ototoxicidad. Esto es, los altos niveles de alcohol en el torrente sanguíneo podrían crear un entorno tóxico que deterioraría las células ciliadas del oído interno.
Los investigadores de otro estudio llevado a cabo con 30 voluntarios en la ciudad de Londres concluyeron además que la pérdida de audición es más grave cuanto mayor es el consumo de alcohol, y que los daños auditivos se veían reflejados principalmente en la capacidad para percibir sonidos de baja frecuencia, como es el caso de la voz en una conversación con una persona.
Cómo cuidar la salud auditiva
Aunque muchas personas afectadas por tinnitus y ansiedad tienen la sensación de que el alcohol puede ayudarles a relajarse y aliviar los zumbidos en los oídos, los cierto es que su consumo no es un buen tratamiento para los acúfenos. Además, existen otros hábitos que pueden ser dañinos para la salud de nuestros oídos. Si estás persiguiendo quitar los acúfenos que sufres, ninguna de estas prácticas te ayudará.
- De acuerdo con un estudio publicado en el Journal of the American Medical Association, las personas fumadoras tienen alrededor de un 70 % más de probabilidad de perder audición que los no fumadores.
- Escuchar música a un volumen elevado. Una exposición continuada a sonidos de alta intensidad o el uso frecuente de auriculares aumenta las probabilidades de sufrir problemas auditivos.
- Tener sobrepeso. La obesidad tiene un impacto negativo en la audición, según afirman varios estudios. De esta forma, es recomendable realizar actividad física con frecuencia y llevar una dieta saludable, con una ingesta muy reducida de sal.
- Usar bastoncillos. Los clásicos bastoncillos son una herramienta peligrosa, ya que pueden dañar la membrana del tímpano y llegar a causar sordera.
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Fuentes:
The acute effects of alcohol on auditory thresholds:
https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC2031886/
Cumulative lifelong alcohol consumption alters auditory brainstem potentials:
https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/15084909
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