Solo quienes sufren mareos o vértigos de forma habitual saben lo desagradable que puede ser esta experiencia. Interrumpen la vida diaria del paciente y llevan consigo diferentes síntomas muy molestos. Simplemente la sensación de no poder levantarse de la cama sin marearse ya es muy desagradable. Incluso acostado esta sensación no desaparece. Desde Ototech, expertos en vértigos en Barcelona, queremos hablarte de las pruebas vestibulares y de la relación que tienen con los problemas que estamos comentando.
Índice del artículo
¿Qué son las pruebas vestibulares?
Las pruebas vestibulares se utilizan para diagnosticar diferentes enfermedades relacionadas con los vértigos, mareos y problemas de equilibrio. Si estos síntomas aparecen con una relativa frecuencia, su origen puede ser otra enfermedad.
Las pruebas vestibulares no solo son diagnósticas, sino que en ocasiones también se puede tratar el problema en esa misma sesión. Se valora tanto el vestíbulo como los canales semicirculares del oído.
¿Cómo se hacen las pruebas vestibulares?
En una prueba vestibular lo que se hace es observar el nistagmo. Se trata de los movimientos que realizan de manera involuntaria los globos oculares. Pueden tener un origen espontáneo o darse a raíz de cierto impulso. Se utilizan unas gafas especiales o una especie de máscara para controlar la situación
Además, se tumba al paciente en una camilla y se realizan algunos movimientos de cabeza. Así se comprueban los estímulos que causan el nistagmo. Después, el médico especialista, puede realizar un diagnóstico definitivo o pedir otras pruebas complementarias.
Aunque no es una prueba larga, no sobrepasa el cuarto de hora, no es muy agradable, ya que el paciente puede sufrir vértigos y algunas náuseas. Además, para realizarla hay que cumplir estas condiciones:
- Ayuno de al menos 4 horas.
- Suspender la medicación para los vértigos dos días antes de la prueba.
- No se pueden utilizar lentillas.
- El otorrino debe comprobar que el oído está sano previamente y sin tapones.
Hay que tener en cuenta que si hay una infección en el oído o una gran cantidad de cera, no se podrá realizar la prueba.
¿Qué otras pruebas se pueden efectuar?
Hay otras pruebas complementarias que se pueden realizar para evaluar los vértigos:
- Test de Romberg. Consiste en estar 30 segundos de pie, juntando los talones y extendiendo los brazos. Se repite la prueba una vez con los ojos cerrados y otra con los ojos abiertos. Si hay daño vestibular, el paciente no se mantiene en equilibrio y se va hacia el lado en el que se encuentra el vestíbulo con problemas.
- Maniobra oculocefálica. El paciente mira a un punto fijo y el otorrino le mueve la cabeza de un lado a otro. Lo hace sin avisar y de forma rápida. Cuando hay un daño vestibular, la persona no puede mantener la vista en ese punto fijo.
- Prueba calórica vestibular. Se trata de estimular con calor el laberinto del oído. Se utiliza agua con distinta temperatura, que se mantiene durante medio minuto en el interior del oído. Si el paciente no padece ningún problema, sufrirá vértigo durante un minuto. Quien sí tiene daño vestibular o bien no sufre ninguna consecuencia, o todo lo contrario, padece un vértigo de gran intensidad.
¿Qué resultados dan las pruebas vestibulares?
Las pruebas vestibulares diagnostican el vértigo paroxístico posicional benigno, que se puede solucionar en esa misma sesión con una serie de maniobras. Su origen es el desplazamiento de unos pequeños cristales que están en el oído, si vuelven a su lugar, el problema desaparece.
Si esa no es la causa, se tendrán que ordenar pruebas complementarias para diagnosticar el origen de la dolencia.
Si sufres cualquier problema de vértigos o equilibrios, te invitamos a ponerte en contacto con nuestro equipo y comprobar lo qué está ocurriendo.
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