El papel del oído es fundamental en nuestro día a día y para nuestro bienestar. Se trata de un órgano que controla el sentido de la escucha, algo esencial para la comunicación entre las personas, el aprendizaje y las relaciones. Por ello, es primordial cuidarlo de la mejor forma y lograr, de este modo, evitar problemas frecuentes como tapones de cera o infecciones.
Situaciones típicas del verano que ponen en riesgo nuestra salud auditiva
En la temporada estival, es habitual el ruido excesivo de las fiestas populares, los conciertos o los petardos, así como los cambios de presión durante los viajes en avión. Todos estos factores, unidos a los chapuzones en el agua, hacen que aumenta la probabilidad de sufrir lesiones e infecciones en los oídos.
Los cambios de presión en un avión pueden traer consigo dolor, e incluso una pérdida de la audición de manera temporal. Durante los viajes largos en este medio de transporte, se aconseja masticar chicle o bostezar mucho para evitar así que los oídos acaben taponándose por los cambios de presión. También es recomendable descongestionar la nariz e ingerir mucha agua durante el trayecto.
Del mismo modo, hay que evitar dormir cuando el avión está realizando la maniobra de descenso y, en lo que respecta a los bebés, hay que darles de comer o de beber en el momento de aterrizar.
Si se va a viajar en coche debemos poner especial atención en las corrientes de aire. Se aconseja no bajar las ventanillas, dado que el aire en exceso aumenta la posibilidad de padecer alguna infección como, por ejemplo, una otitis. Un abuso del aire acondicionado tampoco es conveniente.
Durante esta época pasamos más tiempo al aire libre, las temperaturas son más elevadas y la mayoría nos bañamos en playas, piscinas y ríos para combatir el calor. Si nos entra agua en los oídos se pueden producir infecciones. Por ello, proteger los oídos del agua es muy importante.
La entrada de agua en los oídos da lugar a que se expongan a una prolongada humedad y esto puede traducirse en la aparición de la enfermedad conocida como la otitis del bañista, la cual es muy común en los más pequeños. Entre los síntomas más comunes se encuentra el dolor, el picor, el enrojecimiento, la sensación de taponamiento, e incluso una posible pérdida de audición.
Recomendaciones para proteger los oídos del agua
Si quiere proteger los oídos del agua lo mejor es:
- Mantener tras el baño los oídos secos. Existen, en la actualidad, preparados en spray a través de los que es posible secar la humedad del conducto auditivo. Además, no permiten que el cerumen se acumule.
- Lo más efectivo es utilizar tapones que se adapten lo mejor posible a los oídos para desterrar la posibilidad de que el agua acabe entrando.
- Está totalmente prohibido el empleo de elementos punzantes o de bastoncillos para secar los oídos. Pese a que los bastoncillos son muy utilizados, se trata de un sistema de una gran peligrosidad, dado que puede provocar daños en el oído, llegando incluso a afectar a la audición.
- Es importante acudir a las playas y a las piscinas en que exista una buena calidad del agua porque, de lo contrario, es muy fácil que se produzca una otitis.
- Se aconseja zambullirse lentamente para que no se dé una entrada de agua en el oído de una manera brusca.
- Es recomendable no bucear a más de un metro de profundidad.
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