Las infecciones del oído medio, son el tipo más común de infección del oído. Entre los niños es la segunda dolencia más abundante, tan solo por detrás del resfriado común. Estas infecciones pueden ser tanto de tipo bacteriano como viral, y afectan al espacio que hay entre el tímpano y la parte posterior de la garganta, llamada trompa de Eustaquio. Suelen provocar dolor y es una de las causas de los acúfenos. Deben ser tratadas adecuadamente ya que una mala curación puede provocar una pérdida permanente de salud auditiva.
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Causas de las infecciones del oído medio
La función de la trompa de Eustaquio es drenar el líquido que produce el oído medio y si se bloquea este líquido, se acumula, produciéndose una infección. La inflamación y el consecuente bloqueo de la trompa de Eustaquio pueden deberse a múltiples causas. Algunas de ellas son:
- Infecciones respiratorias.
- Mala higiene auditiva.
- Propensión a la acumulación de cera.
- Acumulación de humedad en los oídos al no usar tapones reglamentarios en las piscinas.
- Presencia de bacterias y microorganismos.
Suelen ser más frecuentes en los niños, especialmente en la edad comprendida entre los dos y cuatro años. Esto es debido a que sus trompas son más cortas y horizontales, hecho que permite una entrada más fácil a virus y bacterias, y son además más blandas y estrechas, pudiéndose obstruir también con más facilidad.
Otros factores, además de los generales, pueden incrementar el riesgo en niños, como el hecho de que sus vegetaciones son de mayor tamaño, lo que favorece la obstrucción de las trompas. La alimentación mediante biberones y la exposición al humo pueden igualmente provocarlas. Aunque una infección en el oído no se puede contraer por contagio, sí que puede aparecer al contraer un resfriado, por lo que los niños que asisten a la guardería son más propensos a este tipo de infección. En los bebés que están pasando por la dentición suele producirse también este tipo.
Síntomas de las infecciones del oído medio
Los principales síntomas en niños o adultos son los siguientes:
- Dolor agudo de oídos.
- Sensación de que el oído está taponado (oído lleno).
- Malestar general.
- Pérdida de audición en el oído afectado (hipoacusia).
En infecciones de mayor gravedad pueden aparecer otros síntomas, como fiebre, vómitos, diarrea y mareos.
En el caso de los bebés, suelen presentar fiebre y dificultades para dormir, acompañadas de llanto, irritabilidad y pérdida de apetito. Hay que sospechar de llas especialmente cuando se haya padecido o se esté padeciendo una infección respiratoria de las vías altas, ya que suelen presentarse juntos. Posiblemente tendrán una tendencia a frotarse los oídos o llevarse la mano hacia ellos.
Relación entre infecciones del oído medio y acúfenos
Además de la aparición de vértigos y mareos, la acumulación de fluidos en el interior puede provocar la aparición de acúfenos o tinnitus, debido a que estos ejercen presión sobre el oído interno. Estos acúfenos producen sensación de ruido tanto en la cabeza como en el oído.
Tratamiento de las infecciones del oído medio
Para tratar el acúfeno, en primer lugar hay que combatir la infección. Dependiendo de la agudeza de la misma y de la edad se administrará o no antibiótico. En los niños menores de seis meses, y en los casos que se presente fiebre o no haya mejoría en las primeras 48 horas, se administrará el antibiótico, bien por vía oral o en gotas óticas.
Los casos graves o recurrentes pueden afectar a la sensibilidad y salud auditiva. Si has pasado por este problema, o crees que tu hijo podría estar pasando por ello, no dudes en pedirnos una cita y recuperar la salud de los oídos.
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