Que todos somos diferentes y contamos con distintas capacidades está claro. Sin embargo, algunas personas se enfrentan a ciertas dificultades en su vida diaria que son más complicadas que otras. La salud auditiva también puede verse afectada en esos casos. Por eso, desde Ototech, expertos en acúfenos en Barcelona, queremos mostrarte cuál es la relación entre hiperacusia y trastorno del espectro autista.
¿Qué relación hay entre hiperacusia y trastorno del espectro autista?
Para conocer la relación entre hiperacusia y trastorno del espectro autista antes hay que tener claras una serie de cuestiones. Lo primero, que el oído es el órgano que se ocupa de transformar los estímulos que percibe en información que entienda el cerebro. También que capta otros que ni nuestra mente es capaz de reconocer y decirnos de dónde provienen. Sin duda, se trata de un órgano increíble.
Las personas que tienen algún trastorno del espectro autista suelen responder de manera diferente a los estímulos sonoros. Ahí se encuentra la relación con el término hiperacusia. Las reacción a los sonidos puede ser diferente, pero suele ser negativa.
De hecho, quienes sufren hiperacusia tienen una hipersensibilidad auditiva especial y no suelen soportar ningún tipo de sonido. Incluso los más habituales de la vida diaria. El sentimiento que provocan puede ir desde las molestias hasta el dolor.
Insistimos en que los pacientes que sufren hiperacusia también reaccionan a sonidos que ni siquiera escucha el oído. Por ejemplo, subir una cremallera puede resultar insoportable para la persona por el dolor que le causa.
La hiperacusia afecta en gran manera a la persona que la sufre. Es posible que no soporte interactuar socialmente, trabajar o realizar algunas tareas normales del día a día. Suele aislarse para no sufrir.
En el caso de las personas con algún trastorno del espectro autista, el sistema central no identifica correctamente la intensidad, la frecuencia, la complejidad y la duración de los sonidos. Es algo que provoca que no se filtren de la manera adecuada, que el paciente se sienta abrumado y reaccione de forma desmedida. Para ellos la carga sensorial resulta insoportable. Además, es algo que les sucede al 90 % de quienes tienen TEA.
Por eso, quienes sufren hiperacusia pueden ponerse nerviosos en determinadas circunstancias. Por ejemplo, en una fiesta, en un campo de fútbol o en un centro comercial en el que la gente esté hablando normalmente. En ocasiones, una simple conversación puede alterar a la persona con un trastorno del espectro autista.
Además, las personas con TEA tampoco suelen responder bien a los sonidos nuevos o que no suelen escuchar. La razón es que la discriminación de tono y el procesamiento prolongado de la desviación no son los correctos ante esos estímulos que acabamos de comentar.
¿Cómo se puede convivir con la hiperacusia y el trastorno del espectro autista?
Las familias que tienen un miembro con hiperacusia y trastorno del espectro autista saben cómo reaccionan ante los estímulos nerviosos. Por eso, intentan que no sufran evitando en la medida de lo posible exponerlos a ellos.
Además, en ocasiones se enfrentan a la incomprensión de la gente que está a su alrededor. En el caso de los niños pequeños, algunos piensan que reaccionan así por falta de educación y pueden llegar a hacer comentarios muy inapropiados.
Por fortuna, existen terapias que les ayudan a mejorar su relación con el ruido o los sonidos. Algo importante es que se controle también su salud auditiva, ya que las reacciones de alguien que sufre trastorno del espectro autista ante los ruidos puede enmascarar un problema auditivo.
Por eso, desde nuestro centro, ahora que conoces la relación entre hiperacusia y trastorno del espectro autista, te invitamos a revisar la salud auditiva del paciente al menos una vez al año.
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