El estrés en sí no es malo, puesto que es un mecanismo natural y adaptativo que moviliza los recursos físicos y mentales a fin de enfrentar los diferentes desafíos y amenazas que puedan llegar a surgir en el día a día. Sin embargo, cuando un individuo es incapaz de hacer frente a las presiones a las que se siente sometido, el nivel de estrés puede llegar a intensificarse y prolongarse en el tiempo hasta el punto de perturbar gravemente el equilibrio emocional, generando problemas académicos, laborales, en el entorno social, e incluso en la salud.
En ese sentido, se ha podido constatar que las personas que padecen un alto grado de estrés son muy susceptibles a sufrir acúfenos, un fenómeno auditivo que consiste en la percepción de pitidos o zumbidos en el oído que no se encuentran en el ambiente exterior, y que son experimentados de forma episódica o permanente, pudiendo llegar a producir graves repercusiones psicológicas.
Hay que reconocer que las condiciones y estímulos presentes en nuestra sociedad favorecen el desarrollo de estrés, haciendo de este mecanismo natural un autentico problema para la gente en el mundo actual. Y uno de los ámbitos en los que más se manifiesta es, sin duda, en el entorno del trabajo, generando lo que se conoce como «estrés laboral«.
Qué es el estrés laboral
El estrés laboral es un estado de agotamiento emocional, mental y físico que se origina en el trabajo, especialmente cuando este consiste en realizar labores monótonas en las que el trabajador mantiene un contacto directo con los clientes. Otras veces se manifiesta cuando los trabajadores no alcanzan un equilibrio razonable entre su vida personal y laboral, o sienten que no mantienen el control sobre su actividad profesional.
Sin embargo, sea cual sea su causa, el estrés laboral tiene consecuencias muy negativas sobre la autoestima, y puede llegar a generar numerosos problemas de salud (colesterol, deterioro cardiovascular, úlceras, migrañas, asma…).
Cómo saber si tengo estrés laboral
El estrés laboral presenta tres síntomas principales:
- Un profundo agotamiento emocional, producido por el desgaste profesional al realizar las mismas labores a diario. Todo esto se manifiesta en el cuerpo en forma de fatiga física y psíquica, y en una importante pérdida de energía.
- La despersonalización: el trabajador que padece estrés laboral experimenta un aumento de irritabilidad y una pérdida de motivación en el trato diario con sus compañeros y clientes, pudiendo llegar a deshumanizarlos.
- Una total ausencia de autorrealización personal, que se debe principalmente a la escasa autoestima y a las frustraciones persistentes que la persona siente al afrontar su actividad profesional.
Cómo eliminar el estrés laboral
- Lo más importante es identificar los factores estresantes, para posteriormente poder establecer un plan que permita administrarlos y resolverlos. Ajustar la actitud puede ser muy útil en ese sentido, ya que impulsará a la persona a redescubrir los aspectos más agradables de su puesto, y a establecer relaciones positivas con compañeros y clientes.
- Evaluar los intereses, habilidades y pasiones personales de forma honesta. Esto ayuda a alcanzar planteamientos tales como la búsqueda de un nuevo trabajo que se ajuste mejor a los intereses del individuo, o cuyo nivel de exigencia sea menor. Asimismo, siempre se puede intentar buscar una solución conjunta con el jefe o supervisor, que adecúe las condiciones laborales a las expectativas.
- La práctica regular de ejercicio físico puede ayudar a desconectar del trabajo y, consecuentemente, a lidiar mejor con los problemas derivados del estrés.
- Buscar apoyo entre compañeros, amigos y demás seres queridos es un pilar fundamental en toda recuperación, donde tampoco hay que descartar recurrir a la ayuda de profesionales.
El estrés laboral es un problema que afecta profundamente a la vida de las personas que lo padecen, pero no hay que olvidar que tiene solución.
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