El mareo se define como una pérdida de estabilidad, que produce la sensación de desvanecimiento, aunque no siempre culmina en desmayo. Mientras que el vértigo, por su parte, actúa sobre el afectado como una sensación de movimiento de todo lo que le rodea, y puede ir acompañado por náuseas y vómitos.
Diferencia entre mareos y vértigos
Una vez adelantada una breve exposición de ambos problemas, nos adentraremos más en las diferencias de uno y otro, con el fin de aclarar cualquier tipo de duda y ayudar al paciente a definir su circunstancia.
A menos que se esté bajo el efecto de algún medicamento que pueda afectar el oído, la sensación de mareo suele mitigarse en poco tiempo. Los síntomas de un mareo pueden ir desde sentir que uno se va a desmayar, hasta la sensación de nubosidad en la mirada, y suele ir acompañado de una excesiva debilidad, que dificulta la estabilidad del cuerpo cuando se está de pie. Entre las causas más frecuente que generan los mareos se encuentran un cambio inesperado en la presión arterial, provocado por movimientos bruscos, cuadros de gripe, gastroenteritis o crisis asmáticas.
Por otro lado, para poder tratar los vértigos eficientemente, se deben atender sus síntomas. Al sentir que todo alrededor se mueve, es probable que le acompañen otros síntomas tales como náuseas, vómitos e incluso mareos.
Asimismo, el vértigo se puede presentar de distintas formas, según la afectación del paciente. El vértigo central, por ejemplo, no suele ir acompañado de náuseas y vómitos, y se caracteriza por una constante inestabilidad en el equilibrio. Su diagnóstico debe realizarse mediante pruebas de imagen, ya que por lo general atiende a enfermedades de origen neurológico, como la esclerosis múltiple, epilepsias, o tumor encefálico, así como problemas de circulación cerebral.
El vértigo posicional benigno es el más común entre la población. Su sensación de malestar suele ser corto, y se debe a movimientos específicos del paciente. La descripción detallada de los momentos en que surge puede ayudar al profesional para encontrar el origen del mismo, y buscarle una solución temprana.
En el caso del vértigo periférico, el malestar puede surgir de forma inesperada, pudiendo durar incluso horas o, con suerte, solo algunos minutos. Junto a la sensación de movimiento del entorno, se le suelen sumar síntomas como náuseas, vómitos, una constante sudoración y problemas de audición.
Las causas del vértigo, comúnmente, se encuentran en el oído interno, cuando es atacado por infecciones o existe algún tipo de perforación en el mismo. No siempre es sencillo encontrar las causas del vértigo, por lo que se hace imprescindible que se anote cada detalle a la hora de visitar al especialista. Darle a conocer el tiempo que se lleva sufriendo de este mal, o las posturas previas a que aparezcan los síntomas, así como la duración media, es muy importante.
Analizar cómo responde el oído cada vez que se producen estos ataques de vértigo, si se percibieron zumbidos o ruidos en él, o se taponan, va a ser imprescindible transmitirlo al profesional, para que realice la terapia oportuna.
No dudes en solicitar una primera cita al centro OTOTECH más cercano para evaluar la situación.
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