Con la llegada del frío el cuerpo se resiente; las defensas bajan y las inclemencias meteorológicas perjudican seriamente la salud. En el caso concreto de los oídos, estos sufren mucho más que otros órganos, ya que suelen estar desprotegidos y están más expuestos a la humedad, el viento, etc.
Salimos de casa, de la oficina o de los centros comerciales, donde está puesta la calefacción, y llegamos directamente a la calle donde las temperaturas son notablemente más bajas. Esto provoca que todo el cuerpo y, en particular, los oídos, se sometan a unos cambios bruscos de temperatura que no son nada saludables.
Debemos destacar que los oídos son, por norma general, los grandes olvidados a la hora de abrigarse y eso conlleva la aparición de dolencias como catarros, infecciones en el oído medio, otitis media-aguda o media-crónica… Estas patologías suelen durar unas 2 semanas aproximadamente hasta que se curan.
- Las otitis medias aparecen a causa de un virus que provoca la aparición y acumulación de líquido tras el tímpano. Cogerlo a tiempo y tomar los medicamentos adecuados es lo más recomendable para evitar problemas de audición en el futuro.
- Los síntomas más frecuentes de una otitis media-aguda son un dolor de oídos muy intenso y agudo, así como la pérdida leve de audición.
- Cuando una infección auditiva se prolonga mucho en el tiempo o aparece y desaparece habitualmente se dice que es una infección crónica. Suele darse cuando hay un supurado constante. En estos casos hay que tener especial cuidado porque las secuelas pueden quedarse de por vida. La otitis media crónica suele aparecer en pacientes que ya la han sufrido con anterioridad.
- Otra patología que se puede sufrir es la neuritis vestibular. Se reconoce fácilmente puesto que su principal síntoma se presenta en forma de vértigos.
Nadie está exento de sufrir una infección de oídos. Sin embargo, los niños y las personas mayores son más susceptibles de sufrir los efectos adversos de esta situación de desprotección en invierno. Además, si durante la infancia se han padecido inflamaciones del oído medio, aumentan las posibilidades de que, en la edad adulta, se sufra pérdida de audición.
Recomendaciones para proteger los oídos en invierno
- Lo primero y más importante es también lo más fácil de cumplir: abrigar bien los oídos. Para ello se pueden emplear específicamente orejeras o gorros de lana que protejan todo el pabellón auditivo.
- Conservar los oídos siempre limpios mediante difusores de agua marina (evitando los bastoncillos o hurgar en ellos con cualquier otro objeto). Esta recomendación es válida para todo el año.
- Una buena alimentación es imprescindible para fortalecer los oídos. Entre los mejores hábitos de nutrición que se pueden seguir se encuentra aumentar la ingesta de alimentos que contengan vitamina B12, entre otras. Para ello, pueden consumirse productos como la leche y sus derivados, huevos, carnes rojas, hígado…
- Si se aprecia una leve inflamación del oído, es recomendable que se coloque una bolsa de agua caliente en la parte superficial de la oreja. Con la aplicación de este calor seco lo que se pretende es reducir la inflamación interna.
- Si se ha sufrido una otitis u otra infección auditiva, es imprescindible hacer un seguimiento médico para conocer su evolución y, por supuesto, siempre que se perciba dolor de oídos acudir al médico de familia para tratarlo convenientemente y evitar así que sus efectos sean más agresivos.
En definitiva, el frío es el mayor enemigo de los oídos en invierno, siendo necesaria una actuación temprana para evitar problemas que pueden hacerse crónicos y conllevar lesiones auditivas graves e incluso la pérdida de audición total o parcial.
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