Las personas con deficiencias auditivas tienen como fecha de reivindicación y reconocimiento el 28 de Septiembre, jornada en que se celebra el Día Internacional de las Personas Sordas. Fecha en la que no solamente se comparte con el resto de la sociedad las necesidades, carencias, problemas y reivindicaciones de este colectivo, sino que, además, se muestra una cara optimista: se puede seguir adelante con una vida normalizada y autónoma a pesar de sufrir déficits auditivos. Para ello, se debe tener en cuenta que la detección precoz y la prevención son dos aspectos esenciales.
La referencia más actual sobre población que sufre sordera en España es la Encuesta del Instituto Nacional de Estadística (INE). En ella se cifra en torno al millón de personas las que sufren algún tipo de deficiencia auditiva. Por otra parte, la Comisión para la Detección Precoz de la Hipoacusia, cifra en uno de cada mil niños los que nacen con sordera profunda bilateral, y uno de cada cinco mil niños lo que nacen con distinto tipo y grado de sordera. Como consecuencia, cada año, unas dos mil familias afrontan un caso de sordera infantil en España.
Una de las causas más frecuentes de la pérdida auditiva, así como del incremento de los casos, es la exposición a un volumen alto de ruido, ya sea de manera prolongada o en un espacio breve de tiempo. Los ruidos excesivamente fuertes pueden dañar las estructuras delicadas del oído interno, llegando a provocar una pérdida de audición. Y este mismo ruido puede ocasionar la aparición de acúfenos o tinnitus. Es importante saber que la sobreexposición al ruido daña las células ciliadas del oído interno y el nervio acústico y es este mismo proceso el que genera el acúfeno, como respuesta a esta pérdida de células ciliadas.
En cuanto a la relación entre hipoacusia y acúfenos, hay que destacar que según la American Tinnitus Association (ATA), los acúfenos graves, junto con el dolor de oído y el vértigo, son uno de los trastornos más incapacitantes que puede sufrir una persona. Por tanto, se convierte en uno de los motivos de consulta más frecuentes que detectan los médicos de Atención Primaria, y se asocia a los diversos procesos del oído, en concreto, a la hipoacusia. Es la razón de que los últimos estudios indiquen que el 70% de los pacientes con acúfenos sufran también pérdida auditiva, por lo que padecer tinnitus puede ir ligado a ciertos tipos de sordera.
La recuperación de audición, por medio de audífonos, intervenciones quirúrgicas u otros tratamientos pueden reducir el acúfeno percibido por el paciente. En definitiva, el tinnitus se presenta en la mayoría de personas con pérdida auditiva, aunque no todas las personas que tengan sordera presentan este síntoma auditivo.
Si no se tiene una buena audición se va produciendo un deterioro de la capacidad cognitiva, falta de atención y un déficit de respuesta al entorno que puede llevar al aislamiento: dejando de comunicarse y sintiéndose deprimidos. Además, las personas que no oyen tienen más dificultades para prevenir situaciones de riesgo al no oír señales de aviso del entorno.
Por todo esto, la prevención es la mejor respuesta, y para ello una revisión a tiempo con un especialitsa puede ayudar a un diagnóstico temprano así como a un tratamiento adecuado de la hipoacusia y de los acúfenos. ¡Cuida y protege tu salud auditiva!
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